Teatro Degollado
Teatro degollado
El teatro degollado fue construido donde habría una plazola que les servía a los antiguos habitantes del lugar para instalar un tianguis que reunía a las poblaciones vecinas cada cinco días. Dieciséis años duraron las proposiciones hechas al ayuntamiento de Guadalajara (1838-1854) para que se dotara a la ciudad tapatía de un teatro donde se pudiera cultivar Bellas Artes como se hacía en otras partes.
Gracias a Antonio Pérez Verdia, quien le dijo al gobernador Santos Degollado que se construyera dicho teatro llevando el nombre de Alarcón en memoria del literario mexicano Juan Ruiz de Alarcón, así que el 8 de diciembre de 1855 Santos Degollado firma el decreto y autoriza la construcción.
La Primera Piedra teatro degollado
Se pone la primera piedra el 8 de marzo de 1856 y la bendice el canónigo J. Luis Verdia el 30 de abril del mismo año Gustavo Gálvez hace el contrato con el ayuntamiento de Guadalajara para hacer todos los proyectos ,desarrollar los planos y realizar la ejecución del teatro; pero el 9 de marzo de 1858 se suspende por las guerras entre imperio y liberales el 16 de junio de 1861 muere en campaña Santos Degollado y Pedro Ogazon nuevo gobernador el 12 de noviembre del mismo año se expide un decreto donde se cambia el nombre al teatro de Alarcón por el de teatro Degollado en memoria de Santos Degollado . Al volver el control del gobierno a la ciudad el 18 de diciembre de 1866 este gran coliseo recobro el nombre que se conserva hoy pero la construcción quedo en el olvido por más de 10 años.
La reconstrucción y dignificación del máximo coliseo tapatío se realizó durante la administración gubernamental del profesor Juan Gil Preciado trabajos que ya resultaban urgentes puesto que durante los ochenta años que no estaba en construcción estaba abandonada.
Este ha sido el único teatro que ha tenido cinco inauguraciones la primera
el 13 de septiembre de 1866, la segunda el 30 de octubre de 1880, la tercera el 15 de septiembre de 1910, la cuarta el 28 de junio de 1941 y la quinta el 8 de septiembre de 1964.
El arquitecto Ignacio Díaz Morales coloco un verso del himno de Maitines en la fachada principal que dice
«QUE NUNCA LLEGUE EL RUMOR DE LA DISCORDIA».
Han desfilado personajes como Virginia Fábregas, Anna Pavlova, Andrés de Segovia, Pablo Casals, Placido Domingo, Rudolf Nuriev, Marcel Marceaul, como entre muchos.
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